En la nota anterior habíamos comenzado a hablar sobre la fibra, un nutriente fundamental que en realidad es un hidrato de carbono que no es digerido por las enzimas digestivas, por lo que no se absorbe y pasa íntegra a lo largo del aparato digestivo. Ya hablamos sobre la fibra insoluble, ahora queremos contarte sobre la soluble y sus propiedades, ¡esperamos te sea de gran utilidad!
Te contamos que este tipo de fibra se encuentra en alimentos como las legumbres, frutas, verduras y también en ciertos cereales como la cebada y avena. Como esta fibra sí se puede solubilizar en agua, cuando entra en contacto con el líquido forma una especie de gel, aumentando de forma significativa su volumen y su capacidad para circular por el intestino.
Algo que queremos destacar de la misma es que al consumirla se reduce el tiempo de tránsito intestinal, algo muy beneficioso para nuestra salud. A diferencia de la fibra anterior, la misma sí es fermentada en el colon por su flora, lo que provocará gases (que en gran cantidad provocarán malestar) y ácidos grasos de cadena corta, que se absorberán y podrán utilizarse para proporcionar energía. Esto era lo que teníamos para compartir hoy, esperamos que esta información te sea de gran utilidad, ¡suerte!