Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando hacemos ejercicio físico es la respiración, esta influye no solamente en la forma en que realizamos el ejercicio, sino también en nuestro desempeño y nos permite lograr mejores resultados. Resulta fundamental que recibamos la mayor cantidad de oxígeno para conseguir el mayor rendimiento, de esta forma nuestro cuerpo se podrá comportar como lo deseamos.
Específicamente en el caso de las actividades aeróbicas se requiere mayor disciplina y adquirir una serie de hábitos que nos serán de gran utilidad a la hora de mejorar los resultados. Vamos a comenzar hablando sobre la respiración costal o torácica, existen dos tipos de respiración y esta es una de ellas, la misma involucra a los músculos intercostales externos y el tórax, que se mueve hacia arriba y afuera al inspirar y hacia abajo y adentro al expirar. En este caso el movimiento se realiza de forma consciente inspirando el máximo de oxígeno hasta llenar los pulmones del todo, y expulsar también todo el dióxido de carbono para dar cabida a todo el oxígeno que sea posible.
El segundo tipo de respiración es la diafragmática o abdominal, esta es con el movimiento del abdomen y con él de las vértebras lumbares y las costillas interiores que se moverán a la vez que estos músculos lo hacen. Te contamos que se trata de una forma menos controlada de respiración, ya que toda se realiza en el abdomen. Al igual que la anterior técnica, es necesario que inspiremos grandes cantidades de oxígeno para expulsar todo el dióxido y así conseguir mejores resultados.
Esto era lo que teníamos para compartir hoy, aunque no te pierdas la próxima nota en donde te damos algunos consejos más.