Los Macroelementos y su importancia en la dieta equilibrada

Han pasado tan solo tres meses del comienzo de este año y seguramente muchas personas han establecido como objetivo para el 2011, mejorar su alimentación. Pero comer bien no es siempre tan fácil como parece. Siempre es necesario tener algunos conocimientos, aunque sea básicos acerca de las composiciones de los alimentos para saber cuál incluir en nuestras preparaciones, cuáles intentar dejar de lado, y hasta cómo combinarlos.

La información acerca de los macroelementos es sin duda alguna, una de las más importantes y la mayoría de la población poco sabe de ellos. Es por esto, que en esta oportunidad te traemos la información necesaria para qué sepas que son, cómo influyen en la salud y en que alimentos se encuentran para así poder incluirles en las recetas que sueles preparar.

Los macronutrientes son sustancias las sustancias que proveen de energía metabólica a nuestro cuerpo. Dentro de los más importantes se encuentran los hidratos de carbono, las grasas (o lípidos) y las proteínas. A diferencia de los micronutrientes (que son las vitaminas y minerales) son necesarios en gran proporción para la energía necesaria para una vida saludable. En cambio los micronutrientes son esenciales tan solo en pequeños y acotados porcentajes.

Las proteínas son sustancias que principalmente provienen de la carne animal, aunque también puede encontrarse en lácteos o carne vegetal como la soja. Químicamente se trata de una cadena de molé moléculas de aminoácidos unidos por un enlace péptídico. Tienen una función principal en el cuerpo humano, debido a que la mayoría de los procesos biológicos realizados por el organismo necesitan de su presencia, entre ellos: La formación de anticuerpos, el funcionamiento hormonal, las contracción musculares, y la capacidad de comunicación celular.

La cantidad adecuada de proteínas a incluir en la dieta de una persona adulta es de aproximadamente 0, 8 gramos por cada cada kilo de peso corporal. Sin embargo en los niños se recomienda la inclusión de 1.6 gramos por cada kilo y en los lactantes se recomienda alcanzar los 2,6 gramos.

Los lípidos o grasas son químicamente enlaces entre moléculas de hidrógeno y oxígeno, pero su característica principal es que la cantidad de moléculas de oxígeno es mayor a la de los otros dos elementos. Las grasas pueden ser tanto animales como vegetales y por ello pueden encontrarse en varios tipos de alimentos: Por ejemplo: A eite de soja, aceite de oliva, aceite de girasol, carne vacuna, aguacate, etc. Las funciones principales de esta sustancia es el almacenamiento de energía para momentos en que es necesario acudir a reservas, forman las membranas celulares y regulan el metabolismo. si bien este tipo de sustancia es necesaria para la salud, debe consumirse en forma limitada y controlada, sobre todo las grasas animales ya que en demasía favorece la aparición de enfermedades arteriales.

Por último, los hidratos de carbono son moléculas orgánicas conformadas por átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno, entre las cuales priman las primeras. Este macro elemento suele encontrarse en harinas, cereales, zapallo, papa, pastas y legumbres. Dentro de sus funciones principales se encuentra el ser una gran fuente de energía, mantener la adecuada temperatura corporal y facilitar el funcionamiento intestinal. Es recomendable que un 55% de las calorías diarias provengan de este tipo de macroelementos.

Esperamos que esta información haya sido útil para tu nutrición y que puedas aplicarla a tu dieta para mejorar tu salud de una forma fácil: Tan solo comiendo lo que tu cuerpo necesita.

 

 

 

 

1 comentario

  1. Buen artículo, aunque no estoy de acuerdo con la parte de las grasas cuando dicen que las grasas de origen animal favorecen la aparición de enfermedades arteriales. Está claro que las grasas, al igual que cualquier otro macronutriente, no deben consumirse en exceso, pero considero (según los estudios que he leído al respecto) que las grasas vegetales procesadas son la fuente de las enfermedades a las que se refieren: aceites hidrogenados y refinados (básicamente todos los que son de consumo masivo, como los de soja, girasol, canola, etc.), margarinas y mantecas vegetales, son los principales causantes de las enfermedades cardiovasculares. Las carnes rojas, los huevos y otros alimentos altos en grasas animales son menos perjudiciales que las grasas vegetales procesadas.

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