En la sociedad que vivimos nos encontramos rodeados de mitos que muchas veces no reconocemos como tales. Hoy vamos a romper con uno muy conocido. Se acerca el invierno por tanto, las temperaturas se elevan y muchas personas que creen que, en respuesta a esto, necesitan consumir una mayor cantidad de calorías. Ya que, como se dice popularmente, en invierno quemamos más calorías.
Muchas personas, apoyándose en esta creencia, se toman la licencia de consumir mayores volúmenes de alimentos descuidando de esta forma la dieta y los buenos hábitos que han cultivado. Sin embargo, ¿qué tan cierto es esto?
Aunque resulte difícil de creer, las comidas que consumimos en invierno no deben ser siempre pesadas y calóricas, ya que, con los sistemas de protección que tenemos contra el frío en estos días (abrigo) nuestro cuerpo no requiere de tanta energía para mantener la temperatura. Por tanto, la partida del gasto energético ligado a la termorregulación consumida continúa prácticamente siendo la misma que en verano.
Por otro lado, no es para nada saludable que, tras las limitaciones calóricas a las que nos sometimos en verano, aumentemos significativamente la cantidad que consumimos. Además, sabemos que son peores las scilaciones en el peso que una ligera elevación continua del mismo.
Por tanto, para mantener nuestro equilibrio energético y seguir saludables debemos cuidar nuestra dieta y no hacer cambios bruscos en esta, consumiendo todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
En BlogNutrición: Calorías de carnes y lácteos.
Es cierto, recuerdo cuando me decían que debía comer «más pesado» en esta época. Me gusta mucho, en lo particular durante el invierno desayunar ligero, tomar una botana a medio día, como unas papas fritas de bolsa y después una comida bien balanceada. Qué bueno que nos informan y rompen con este mito.