El llamado «efecto rebote» es algo muy temido por la mayoría de personas que se someten a dietas. Este es recuperar los kilos que se habían perdido e inclusive engordar más. Se debe a que ciertas dietas demasiado estrictas provocan carencias importantes de nutrientes. Por tanto, cuando la persona termina con la dieta el cuerpo pide desesperadamente los alimentos que se le habían prohibido. Debido a esto no es recomendable someterse a este tipo de dietas.
El ejercicio es la mejor garantía para lograr reducir la grasa corporal, bajar de peso y además, mantenerlo. Sin embargo, hay determinadas pautas que es preciso seguir para que así sea.
A la hora de adelgazar, debemos seguir un plan adecuado y ejercicios físicos preparando el cuerpo para cuando llegue el período de mantenimiento.
El cuerpo está acostumbrado a cierto peso, es por esto que cuando uno baja bruscamente éste lucha por volver al peso anterior. Para evitarlo lo recomendable es adelgazar paulatinamente, en escalera, para que el cuerpo se acostumbre al peso nuevo.
Los primeros 3 meses de una dieta son los más importantes, el 60% depende de seguir la dieta y el 40% de la actividad física que se realiza. A partir del tercer mes la dieta y el ejercicio comienzan a equilibrarse. Una vez que se logra el peso que se desea, se debe poner un 70% de esfuerzo e la actividad física. Es fundamental no abandonarla.
Después de esta etapa, puedes comenzar a comer normalmente y es la actividad física la que te ayudará a mantener el peso elegido.
Fuente: www.nutricion.pro
En BlogNutrición: Dietas «mágicas» que no funcionan.
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