Entre las dietas que se proponen para adelgazar, existe un gran número que se denominan mágicas por las rápidos resultados que promueven así como el espectacular descenso de peso que producen.
Sin embargo, ninguna de estas dietas es compatible con una buena salud y aunque pueden favorecer una rápida y notable pérdida de peso, después culminan causando más riesgo de engordar y sufrir obesidad. Por eso, aunque sólo describiremos algunas de todas las existentes, ninguna de estas son efectivas para revertir un exceso de peso de forma saludable y duradera.
A continuación te mostramos algunas dietas a base de algún alimento específico, que no funcionan para tratar una enfermedad crónica, simplemente porque no son sostenibles en el tiempo y por ello, no solucionan la raíz del problema.
Dieta del pomelo
Se postula que el pomelo favorece la quema de grasas debido a una proteína que posee, sin embargo, aunque es un gran alimento que puede desintoxicar al organismo y nutrirnos con buenas vitaminas y minerales, no es un alimento mágico que quema grasas. Por supuesto, si solo comemos pomelo, algo no muy sostenible en el tiempo, bajaremos de peso.
Dieta líquida
Ingerir sólo líquidos a diario, sin duda desciende las calorías y ésto es lo que causa el descenso de peso, sin embargo, se reduce el metabolismo con alto riesgo de sufrir efecto rebote y además, no podemos vivir con líquidos únicamente si queremos conservar la salud.
Dieta de la sopa
También resulta una propuesta muy baja en calorías, por lo que enlentece el metabolismo pudiendo causar más ahorro después. No es sostenible, no es variada y se han observado efectos adversos tales como mareos, debilidad y falta de concentración en sus seguidores.
Ninguna de estas dietas puede sostenerse en el tiempo para controlar el peso, por ende, no resuelven un problema sino que pueden agravarlo, ya que al culminar con estas mágicas propuestas, tenemos más riesgo de ganar peso y sufrir obesidad.
Para adelgazar efectivamente, lo único que funciona es modificar hábitos, una tarea que requiere esfuerzo y trabajo, pero de manera lenta y sostenida permite controlar el exceso de peso a largo plazo y sin descuidar la salud, sino todo lo contrario, beneficiando al organismo.
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