Muchas veces a pesar de someternos a dietas estrictas y haber logrado bajar de peso, notamos que aún así tenemos grasa abdominal acumulada. Esta situación puede darse por varias razones, entre las que se destaca la falta de ejercicio, sin embargo, hay una no tan conocida que cada vez se hace más común. Se trata del estrés.
Nuestro cuerpo está programado para liberar la hormona cortisol en situaciones de tensión, ya que, se envía una señal al cerebro indicando que los músculos necesitan energía extra para poder sobrellevar una situación. Este es un mecanismo de emergencia en donde el cuerpo entiende que necesita energía urgentemente y cambia su metabolismo, abandonando la tarea de reparación y creación de tejidos, para centrarse en enviar energía a los músculos.
El problema se da cuando sufrimos de una condición que últimamente se está haciendo muy común llamada estrés crónico, en donde al cuerpo se le presentan situaciones tensas continuamente, lo cual hace que libere más cortisol. Entre las propiedades de esta hormona se encuentra su función de transformar lípidos en ácidos grasos, facilitando de esta forma la producción de grasas, las cuales se acumulan específicamente en el abdomen.
Por tanto, como vemos, el llevar una vida estresante influye no solamente en nuestra salud sino también en nuestro peso, lo cual se ve incrementado aún más si no mantenemos hábitos saludables. Por eso, te animamos a llevar una vida más activa haciendo ejercicio y de ser posible practicar técnicas de relajación.
¡Esperamos que esa información te sea muy útil!
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