Las aguas saborizadas fueron creadas como una alternativa saludable a los refrescos. Lo que las hace ser una mejor opción es que no contienen sustancias químicas perjudiciales y en algunos casos, la cantidad de azúcar que contienen es muy baja. Sin embargo, no nos dejemos engañar, esta regla no aplica a todas las aguas saborizadas. Hoy vamos a hablar un poco sobre esto.
Muchas veces la publicidad nos engaña con respecto a este tipo de productos. Por ejemplo, es común que se diga que no solamente nos hidratan sino que además, nos ofrecen bienestar. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos esto es falso. Las aguas saborizadas están compuestas principalmente por agua, saborizantes y aromatizantes, teniendo en mayor proporción agua y cantidades muy pequeñas de compuestos que nos benefician a nivel de salud. Por tanto, ese beneficio extra que ofrecen, puede decirse que es prácticamente inexistente.
Por otro lado, muchas de estas bebidas se promocionan como livianas por no contener gas, cuando en realidad los niveles de azúcar que tienen son similares a los de un vaso de refresco. Por tanto, a la hora de consumir alguna de estas bebidas es importante verificar la etiqueta y ver si realmente nos aporta algún tipo de beneficio.
Se debe considerar, además, la diferencia de precio que hay entre un agua común y una saborizada. En la mayoría de los casos ambas nos ofrecen exactamente lo mismo. Por tanto, quizás sea más sensato consumir el agua simple. Después de todo, estaremos no solo ahorrando dinero, sino que además, evitando consumir alguna que nos perjudique más que beneficiarnos.
En BlogNutrición: Cuidado con las aguas saborizadas: no todas son acalóricas.