En la era de la tecnología, los videojuegos reúnen adeptos, mientras también suman enemigos, ya que si bien pueden favorecer aspectos de la salud, mucha se habla acerca de su asociación al sedentarismo y la autonomía social.
Las investigaciones han demostrado que si bien existen ciertas ventajas el uso de videojuegos, éstos deben utilizarse con moderación, pues como todo, los excesos no son buenos, sino que pueden significar una adicción y el descuido de otros hábitos que contribuyen en mayor medida a la salud.
Un reciente estudio publicado en la revista Psychology and Aging, sostiene que jugar videojuegos no es negativo para los adultos mayores, sino que además, contribuye a mejorar las funciones cognitivas que frecuentemente se reducen en esta etapa de la vida.
Para llegar a los resultados, se evaluaron 40 hombres y mujeres de entre 60 y 70 años que debieron jugar al Rise of Nation, juego que consiste en crear una sociedad, para la cual deben construir y diseñar ciudades, emplear personas y manejar el territorio. Las pruebas revelaron que el juego ayudó a ejercitar la memoria, el razonamiento, y la capacidad de identificar objetos, ya que pone en funcionamiento los puntos del cerebro que intervienen en el desarrollo de actividades cotidianas.
Además, los juegos pueden significar un momento para que los adultos mayores compartan con el resto de los miembros de la familia, por lo que cabe resaltar la importancia de convertir al juego en un acto social y aprender de éste.
Si bien cualquier actividad que mantenga la mente en funcionamiento es buena, debemos considerar el control sobre las mismas, ya que los niños pueden desarrollar, además de adicción, conductas compulsivas o agresivas si se encuentran solos ante determinados juegos. Entonces, es fundamental saber utilizar el lado positivo de las herramientas teconológicas y, respecto a los juegos, elegir el contenido de los mismos así como controlar el tiempo que se dedica a éstos.
Fuente: pro-salud.com.ar
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