El consumo de pescado es limitado hoy en día a épocas del año frías, especiales, o bien a 1 o 2 veces por semana debido a que nuestros hábitos alimentarios incluyen en su mayoría otros tipos de carne.
La dieta habitual debería propiciar la ingesta de pescado, aunque no siempre conocemos qué tipo es el adecuado o si todas las carnes acuáticas tienen similares características nutricionales.
Por una simple y automática asociación que no siempre es correcta, se cree que el pescado más caro es aquel que mejores características nutritivas tiene. Sin embargo, la merluza es una variedad que esta ampliamente aceptada en la mesa de muchas familias, posee un precio razonable y sus beneficios para la salud son muchos.
En un estudio piloto realizado recientemente se concluyó que el consumo habitual de merluza congelada de Namibia tiene efectos beneficiosos sobre los niveles de colesterol y además, aporta cantidades considerables de vitamina E, cuya función principal es como antioxidante.
La experiencia incluyó a 52 personas de entre 19 y 40 años a los cuales durante 6 semanas se les asignó la ingesta de merluza con 3 frecuencias distintas que variaban entre 2 y 7 racione semanales.
Una vez obtenidos los resultados se pudo observar que los participantes no sólo habían mejorado sus niveles de colesterol en sangre, sino que también, el consumo de dicho alimento había generado mejoras en su índice de masa corporal.
Posteriormente se intentará comprobar si éstos efectos positivos hallados en personas sanas se trasladan también, a personas con elevado riesgo cardiovascular.
La merluza de Namibia es la más comercializada y se intenta descubrir y confirmar sus beneficios con la finalidad de incluirlos en el etiquetado como una manera más de promocionar un producto con características saludables.
Además del aporte de vitamina E, se ha constatado la presencia de ácidos grasos omega 3 en la merluza, nutrientes esenciales para la prevención de enfermedades cardiovasculares, cerebrales y varios tipos de cáncer.
La ingesta de pescado debería incluirse cada vez más en la mesa familiar, pues su aporte graso es menor, sus nutrientes y grasas son muy saludables y, en un mundo donde la obesidad y las enfermedades cardiovasculares acechan, éste puede ser un gran alimento.
Fuente: yahoo.com
En BlogNutrición: Omega 3 para reducir la agresividad y violencia
En BlogNurtición: El aceite de pescado para prevenir patologías asociadas a la obesidad