Ya hemos dicho que la obesidad se un enfermedad metabólica de origen multifactorial y por ello, a la hora de iniciar un tratamiento para revertir el exceso de peso, es necesario tomar en cuenta la mayoría, o todos, los factores que ocasionaron ese aumento de grasa en el organismo.
La Fundación ABB de Prevención de la Anorexia y la Bulimia, alerta que más del 8o% de los casos de obesidad infantil que se tratan sólo mediante una dieta fracasan. Esto se debe a que la dieta es uno de los tantos factores que se encuentran interrelacionados en el desarrollo de la obesidad.
Entonces, al enfrentar un tratamiento para perder peso no sólo debemos dar una hoja con los alimentos a ingerir y sus cantidades, sino también, deberían abarcarse factores emocionales, psicológicos, y físicos que pueden ayudar a revertir el excesivo peso corporal.
Además, si la dieta no se complementa con una adecuada educación, el individuo nunca entenderá porqué debe modificar sus hábitos ni la importancia de hacerlo.
Por otro lado, es necesario que, como en cualquier caso de trastorno de la conducta alimentaria, se trabaje desde un enfoque multidisciplinario. Es decir, lo ideal sería abordar cada paciente con obesidad mediante un conjunto de profesionales de diferentes áreas, de manera que cada uno pueda influenciar en las distintas esferas de la enfermedad que se deben solucionar.
En el caso de los niños, también se debe incluir en el tratamiento a los padres, ya que la familia es un factor de gran relevancia en el origen y recuperación de la enfermedad.
Además, en los menores la enfermedad puede desencadenarse por un desequilibrio emocional y suele ir acompañada de un baja autoestima, sensación de inferioridad e incluso, depresión.
Entonces, es necesario que un tratamiento conste de un plan alimentario, educación, enfoque psicológico y contención emocional, ejercicio físico y apoyo familiar.
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