Las frituras son un método de cocción que consisten en sumergir un alimento en aceite caliente. Pero para que la preparación no quede empañada en grasas, siempre es recomendable que la temperatura del aceite sea elevada y que la cantidad del mismo no sea escasa.
Sin embargo, la temperatura excesiva del cuerpo graso utilizado puede ser un potencial peligro para la salud, según señalan investigadores de la Universidad Técnica de Munich, Alemania.
Cuando los alimentos se fríen en aceite muy caliente, se genera una sustancia que podría ser cancerígena denominada glicidamida.
Hace años atrás se descubrió la presencia de acrilamida en alimentos fritos o cocidos a altas temperaturas. Dicha sustancia incrementa la incidencia de cáncer en animales y aunque se piensa que puede tener los mismos efectos en el cuerpo humano, las sospechas no han sido confirmadas.
La glicidamina circula en el organismo cuando se metabliza en el hígado la acrilamida, pero los científicos alemanes han encontrado que ésta sustancia también se genera en las frituras cuando la temperatura alcanza los 120 grados.
Los expertos hallaron que 3 marcas de patatas fritas contenían entre 0.3 y 1.5 microgramos de glicidamida, mientras que las concentraciones de acrilamida eran de entre los 300 a 600 microgramos por kilo.
Además, los productos que fueron fritos con aceites no saturados como el girasol, contenían más glicidamida que los que fueron cocinados con grasas saturadas tales como el aceite de palma.
Por el momento no se puede confirmar la toxicidad de las sustancias antes dichas. Sin embargo, es conveniente evitar las temperaturas excesivas y el tiempo de exposición de los alimentos a la cocción, de manera de prevenir mayores concentraciones de glicidamida y acrilamida en las comidas.
Incluso, no olvidemos que reutilizar el aceite de una fritura es el peor hábito que podemos tener para economizar en la cocina, ya que a largo plazo, puede ser una gran peligro para la salud.
Por otro lado, las frituras no son un método de cocción recomendado para utilizar habitualmente, ya que siempre el alimento absorbe gran cantidad de grasas que, por supuesto, agrega calorías innecesarias a los alimentos y reduce la calidad nutricional de las preparaciones.
Por ello, debemos limitar la ingesta de frituras a momentos ocasionales y con frecuencias esporádicas, lo cual contribuirá a una alimentación sana y equilibrada.
Fuente: nutriguia.com
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