Los zapatos y nuestra salud

Si preguntáramos cuál es el elemento más complejo de nuestro cuerpo de seguro muchos responderían instantáneamente el corazón o el cerebro. Sin embargo, en cuanto a mecánica, podemos decir que el pie del ser humano es el más complejo. El mismo está compuesto por 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos y más de 100 tendones que lo cual hace que sea capaz de adaptarse a cualquier superficie que pise y de recorrer miles de kilómetros a lo largo de nuestra vida.

Se calcula que al cabo de un día una persona da alrededor de 8.000 y 10.000 pasos, lo que en un año supone más de 3 millones de pasos. Sin embargo, lo que importa no es la cantidad de pasos sino en qué se dan estos pasos. Con esto nos referimos al calzado que usamos.

Muchas veces dejamos que la estética, la moda y el precio dicte el tipo de calzado que vamos a utilizar lo cual puede tener grandes repercusiones en nuestra salud. A la hora de elegir zapatos debemos tener en cuenta dos factores, la funcionalidad y la comodidad. Es muy importante que sean fáciles de llevar y no nos dañen los pies. Las repercusiones más comunes debido a un mal calzado son rozaduras, uñeros, juanetes y callosidades.

Sin embargo, nuestros pies no son los únicos que sufren, la columna, cadera, rodillas y articulaciones padecen tanto o más que los pies las consecuencias de utilizar calzado muy ajustado, pequeño, con tacones elevados o de mala calidad.

Por tanto, a la hora de elegir un par de zapatos debemos tener en cuenta: calidad del material, flexibilidad del empeine, comodidad del uso y altura del tacón, si lo tiene.

El problema mayor de usar zapatos con un taco excesivo es las consecuencias que trae, el perjuicio más grave causado por estos es que rodillas y caderas se articulan en semiflexión y cuando se intenta mantener estática la columna se produce una fuerte lordosis (excesiva curvatura del cuerpo) que derivará con el paso de tiempo en lumbalgias y artrosis vertebrales. Aunque, irse al otro extremo y usar zapatos totalmente planos tampoco es la solución. Lo que se recomienda es un taco de entre 2 y 4 centímetros, y si los vamos a utilizar por muchas horas es muy importante que no supere los seis centímetros. Además, la horma del zapato debe adaptarse al pie, no al revés y el material flexible.

Por tanto, no le restemos importancia a la elección de los zapatos ya que estos influyen significativamente en nuestra salud.

En BlogNutrición: El calzado también es importante cuando se levantan pesas.

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