Por lo general cuando recomendamos dietas y hábitos alimenticios que conviene seguir es normal que mencionemos a los alimentos integrales entre ellos. Hoy vamos a hablar especialmente sobre y los mismos y cuáles son las razones por las que siempre los incluimos en la lista de alimentos que hace bien comer. ¡Presta mucha atención!
Una de las principales ventajas de llevar una alimentación integral es que los alimentos que se incluyen en esta son muy completos y saludables. Generalmente cuando una persona se pone a dieta a través de las recomendaciones de un nutricionista este recomienda que las cantidades recomendadas de este tipo de alimento y de fibra en general que deberían consumirse se sitúan entorno a 25 y 28 grs al día para mujeres y unos 38 grs para el hombres. Sin embargo, el consumo habitual de fibra entre la población está muy alejado de estas cifra, la cantidad que por lo general se consumo no llega siquiera a la mitad de lo que nuestro cuerpo necesita.
Los alimentos integrales son muy fáciles de adquirir y muchas veces algunos se encuentran entre los que por lo general consumimos. Entre ellos podemos encontrar al pan, arroz, pasta o cereales integrales que por lo general desayunamos.
Uno de los grandes beneficios que los mismos nos aportan es que reducen significativamente el riesgo de padecer determinado tipo de enfermedades, como es el caso de algunos casos de cáncer, en especial el cáncer de colon. Esto puede llegar a prevenirse siempre y cuando se consuman las cantidades recomendadas de este alimento y además se lleve una dieta equilibrada.
Por otro lado, los alimentos integrales aumentan la sensación de saciedad, lo cual promueve que comamos menor cantidad de comida, algo muy beneficioso cuando se está siguiendo una dieta. Además, esto también ayuda a evitar enfermedades coronarias, en especial si consumimos aquellos que son ricos en fibra soluble, como la avena y la cebada.
Por último, una alimentación integral reduce el riesgo de padecer diabetes, además de favorecer el diagnóstico y evolución de varias patologías gastrointestinales, como el reflujo gastroesofágico, la diverticulitis y la úlcera duodenal.
Estas son algunas de las ventajas de llevar este tipo de dieta, sin duda vale la pena intentarlo, ¿no crees?
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