Los comentarios y bromas que los padres pueden hacer respecto a la apariencia física o el peso de sus hijos, muchas veces no tienen malas intenciones pero verdaderamente pueden afectarlos.
«No comas tanto que vas a engordar», «te estás poniendo rellenita» o demás frases son propias de algunos padres que, preocupados por el peso de sus hijos, hacen comentarios que lejos de ayudarlos, terminan perjudicándolos. Por eso, mejor no bromear con el peso de los hijos.
Un nuevo estudio señala que este tipo de actitud hacia los hijos constituye un factor de riesgo tanto de la anorexia como de la obesidad.
Al evaluar la asociación existente entre los factores psicológicos, de comportamiento y socioambientales y los trastornos de alimentación, la comida compulsiva o tener obesidad se comprobó que el riesgo de sufrir anorexia u obesidad se eleva en mujeres adolescentes ante la dieta y las bromas de los padres acerca de su peso.
Por el contrario, comer en familia protege ante estos trastornos alimenticios, por eso, cuando compartamos una mesa familiar, mejor no valorar la ingesta de los hijos ni hacer comentarios o bromas acerca de la cantidad de comida consumida o del peso corporal, porque el efecto que hay en ellos es mucho más dañino que el imaginado, aun cuando el comentario no tenga malas intenciones.
Fuente: diariosalud.net
En BlogNutrición: Para que los padres enfrenten el problema de sobrepeso en sus hijos adolescentes
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