Además de los ya conocidos cuidados que debemos tener ante la exposición solar en verano, existen otros factores que pueden resultar nocivos si no tomamos las precauciones necesarias.
Cuidar la vista del sol y la arena, y controlar las concentraciones de cloro del agua, son algunas de las cosas que no debemos olvidar, además de los rayos solares, si queremos disfrutar de unas vacaciones saludables.
Es necesario verificar la calidad de los anteojos que se utilizan para proteger la vista del sol, ya que la baja protección que brindan lentes de escasa calidad pueden producir molestias visuales que van desde distorsión de imágenes y cefaleas, hasta lesiones más graves en la córnea o retina, lo cual afecta seriamente la salud visual.
Además, es importante que los anteojos de sol sean recetados por un oculista y comprados en una óptica, donde un profesional pueda verificar que dichos lentes filtran correctamente los rayos ultra violetas y además, impiden la llegada de arena a los ojos.
Por otro lado, la concentración de sustancias desinfectantes en el agua de las piscinas, debe ser cuidadosamente controlada, ya que el cloro es un gas altamente reactivo que en pocas cantidades puede realizar una correcta desinfección sin perjudicar a los usuarios de la pileta ni contaminar le medio ambiente.
Sin embargo, si la dosis colocada es excesiva y el ph es inferior a 7,2, el agua es corrosiva y puede producir irritación de las mucosas oculares, de la nariz y de la garganta, al mismo tiempo que puede causar hiperreactividad bronquial en personas vulnerables.
Asimismo, si la cantidad de cloro es insuficiente, podemos favorece la presencia de gérmenes que también afectan la salud. Entonces, lo ideal es controlar la dosificación y agregar la cantidad justa de desinfectantes al agua para proteger la salud y prevenir enfermedades.
Además de los conocidos cuidados ante el sol, es importante tener en cuenta estos otros factores de los cuales debemos protegernos en verano.
Fuente: infobae.com
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