La obesidad se esta convirtiendo en una pandemia que no deja de preocuparnos, y por ello, muchas son las estrategias usadas para lograr un cambio de hábitos que permitan la pérdida de peso y su mantenimiento tras adelgazar.
No obstante, en un ambiente tan exigido por dar respuesta a esta enfermedad, surgen recursos poco fiables que lejos de ayudarnos, pueden socavar nuestro obejtivo de adelgazar y cuidar la salud.
Por ello, debemos profundizar en aquellos pequeños hábitos que contribuyen con una vida saludable, como son la dieta, el descanso, caminar un poco más cada día, movernos más en cualquier momento, compartir la mesa familiar y disfrutar de los alimentos ingeridos.
Entre todos estos hábitos que pueden favorecer el adelgazamiento, haciéndolo más viable e incluso, más placentero, se encuentra el apoyo social que encuentran las personas obesas en los grupos de autoayuda.
Se ha comprobado que compartir las experiencias con otras personas y funcionar tal como lo hace cualquier grupo de autoayuda, favorece el tratamiento de la obesidad grandemente.
La contención que reciben los pacientes, así como la posibilidad de intercambiar experiencias, escuchar y ser escuchado, genera un clima propicio para continuar motivados y facilitar la adopción de hábitos más saludables.
Según las experiencias de los enfermos de obesidad, formar parte de un grupo les permite mantenerse alertas en su tratamiento y estimular a otras personas, a tavés de las experiencias compartidas, a enfrentar esta enfermedad que, de no tratarse puede resultar fatal.
Lo primero y principal es reconocer que nosotros debemos tomar la decisión de tratar un enfermedad que debe ser reconocida como tal, pero lo siguiente, no sólo nos incluye a nosotros, sino que el apoyo social de profesionales, compañeros, familiares y amigos es fundamental para superar con éxito la obesidad.
Fuente: infobae.com
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