El momento del embarazo representa una multitud de cambios para la mujer que involucran su cuerpo, forma física y peso corporal.
Sin embargo, todo es fruto de la gestación de una nueva vida que merece espacio y nutrición adecuada dentro del vientre de la madre. Por eso, el embarazo es el peor momento para emprender una dieta estricta e hipocalórica con la finalidad de perder peso.
Aún así, el mundo actual nos bombardea de imágenes de mujeres embarazadas delgadas que recuperan el cuerpo esbelto con rapidez tras dar a luz a su hijo.
Este nueva moda puede ser realmente peligrosa y ya se ha dado a conocer el nombre de un nuevo trastorno alimentario: pregnorexia.
La pregnorexia no es otra cosa que la anorexia en el embarazo y ya afecta a 1 de cada 50 mujeres británicas que no logran tomar conciencia de la importancia de una correcta alimentación, sin carencias ni excesos, para el buen desarrollo del niño en gestación.
En el intento de adelgazar constantemente, las mujeres embarazadas se someten a dietas estrictas y muy bajas en calorías, poniendo en riesgo no sólo su vida, sino también, la de su futuro hijo.
Ante la dificultad de enfrentar los cambios físicos asociados al embarazo, lo mejor es ejercitarse a intensidad moderada durante los primeros meses de gestación, sin realizar esfuerzoz grandes, ya que éstos permitirá alcanzar una buena forma física y una figura agradable aún beneficiando al bebé.
En cuanto a la alimentación, es imprescindible que la dieta sea completa y equilibrada para favorecer el crecimiento intrauterino del bebé y la salud materna durante el embarazo.
La estética está atropellando a la salud y ésta, es una de sus consecuencias, porque nada es más inconcebible que intentar perder peso durante la gestación de nuestro propio hijo.