La sal y sus variantes

La gran mayoría de las comidas elaboradas requieren de condimentos que les aportan un sabor diferente, completando cada comida a nuestro gusto y antojo. Ahora bien, la sal es uno de esos aderezos que suele provocar inconvenientes en una familia, debiendo apartarla para las personas hipertensas, así como para quienes prefieren evitarla. ¿Qué hacer cuando hay que dividir el alimento en diferentes fuentes a raíz de la sal? Para este y otros casos existe una variada gama de sal de la cual hoy os hablaremos en Blognutricion.

Lo que diferencia los diversos tipos de sal es la composición, su solubilidad, lugar de procedencia, el sabor y otros tantos factores. De los tipos que hablaremos hoy, las hay en sabor más suave -son aquellas que provienen del mar, o de un sabor algo más fuerte, las que provienen de las minas.

Comencemos por la sal de kosher, la cual es pura, sin ningún tipo de añadidos y popularmente conocida por ser utilizada por los judíos para condimentar el Kosher. Por otro lado encontramos la sal negra de Chipre, de las más buscadas y preferidas por los chefs de todo el mundo dado su sabor y su textura crujiente; esta sal se obtiene de las arenas volcánicas. Recorriendo diferentes partes partes del planeta encontraréis una amplia variedad de sales, como ocurre por ejemplo en Corea, en donde se encuentra la sal de Bambú, que se obtiene luego de tostar la sal y la arcilla dentro de cilindros de bambú, y es reconocida por su exquisito sabor.

Encontraréis también la sal inglesa, más conocida como la sal Maldon, una de las sales más puras que se conocen. La sal más común que se encuentra en cualquier parte del mundo es la clásica marina, la cual se obtiene tras la evaporación del agua de mar en las salinas, rica en oligoelementos. La misma se utiliza en menores cantidades ya que es mucho más consistente que la sal refinada.

Luego las hay de las más curiosas, como la sal de apio o de ajo, así como de hierbas. Todas son de un sabor muy particular y notoriamente diferentes unas de otras. La sal yodada es probablemente la preferida para sanar, ya que ayuda a prevenir el bocio y el hipotiroidismo; se consigue tras mezclar 60mg de yodo por cada kilo de sal.

Por lo que en vuestra mesa tenéis la opción de elegir mucho más que un aderezo, tenéis la opción de elegir el sabor de vuestra comida y de variar en cada plato, además de fortalecer vuestro organismo y de prevenir enfermedades, nada menos.

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