Sabemos que la alimentación desempeña un papel significativamente relevante en la calidad de vida de las personas, ya que influye directa o indirectamente en la salud y génesis de algunas enfermedades.
Hipocrátes decía: «Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina«, y con el tiempo pudimos comprobar que muchos alimentos pueden ser la clave de un tratamiento terapéutico y resultar, incluso, mejor alternativa que los fármacos.
Sin embargo, no todo es color de rosa… Así como hay alimentos que favorecen a la salud, y por ello se los llama «alimentos funcionales«, existen otros que perjudican notablemente las funciones del organismo pudiendo desencadenar enfermedades metabólicas.
Entonces, todos los alimentos pueden resultar buenos, pero influye mucho cuánto, cómo, dónde y la forma de preparación de los mismos.
De hecho, no es lo mismo comer papa hervida que comer papas fritas en abundancia y encima, a escondidas.
Comer en exceso carnes, frituras, embutidos y dulces se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular de los individuos. Cometer excesos de este tipo aumentan el colesterol en sangre, incrementan los triglicéridos y probablemente, también ocasionen un aumento de la glucemia y de la presión sanguínea.
Todas estas alteraciones metabólicas pueden generar el llamado Síndrome metabólico que deteriora la calidad y esperanza de vida de las personas, y más comprometidos estarán aquellos individuos que padecen obesidad, ya que el exceso de peso por sí solo provoca desequilibrios metabólicos poco saludables.
El papel de la alimentación en la génesis de enfermedades es muy importante, pero también es relevante el rol que desempeña la dieta en el tratamiento y prevención de las mismas.
Llevar una dieta balanceada y sin excesos, es decir, que incluya todos los grupos de alimentos en cantidades adecuadas, puede apartarnos de las enfermedades y además, una vez que estamos enfermos, pequeñas modificaciones o adaptaciones de la alimentación a la patología puede colaborar en el control y tratamiento de la enfermedad.
En el síndrome metabólico, la alimentación acompañada de un estilo de vida sano que incluya actividad física regular puede revertir o reducir de forma significativa el riesgo cardiovascular que éste implica para la salud.
No debemos olvidar que con la ayuda de profesionales de la salud podemos alcanzar un estilo de vida sano lo cual incidirá notablemente en nuestra salud y calidad de vida.
Recuerden: «Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina».
Fuente: consumer.es
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tengo sindrome metabolico debido a eso tengo un problema en mis ovarios que debo hacer
Básicamente, modificar ciertos hábitos, por ejemplo, ejercitarte más, comer sano, sin frituras, con pocas grasas saturadas, sin sal y sin azúcares simples ni golosinas o alimentos que los contengan….
Además, muchas veces los médicos recetan medicamentos de acuerdo a los indicadores que ya presentas. En este sentido, deberías consultarle a tu profesional de cabecera.
Con un síndrome metabólico controlado, todas las dolencias o patologías asociadas desaparecen o se controlan fácilmente
Un saludo