Se aproximan las fiestas de fin de año y los comercios colman sus góndolas de cosas dulces y tentadoras, entre los cuales, un clásico es el pan dulce.
El pan dulce es un tradicional alimento de las fiestas de fin de año, sin embargo, su composición nutricional no es tan noble como un simple pan blanco.
Una rebanada de pan dulce puede tener entre 180 y 300 calorías de las cuales, la mayor parte derivan de hidratos de carbono y grasas, una combinación peligrosa para el organismo porque sacian poco y pueden resultar adictivos.
El pan dulce tiene un alto porcentaje de grasas, no sólo grasas buenas derivadas de frutas secas, sino también, grasas saturadas provenientes de la manteca incorporada en su elaboración y el chocolate que algunas variedades poseen.
Por otro lado, el pan dulce tiene alto contenido en azúcares simples, lo cual también suma cantidades importantes de calorías a este alimento.
Por supuesto, no deja de ser un alimento sabroso y tradicional en las fiestas de fin de año, por eso, no es bueno erradicarlo de nuestra vista, pero si es importante considerar su alta densidad energética, así como su composición nutricional, ya que siempre será recomendable cortar una rebanada, llevarla a la mesa y guardar el resto del pan dulce para otra buena ocasión.
Asimismo, es importante saborear el alimento, disfrutarlo mientras comemos y no olvidar que no es la última vez que podemos comer pan dulce, sino que mañana habrá otra rebanada, por ello, no desesperemos comiendo en grandes cantidades.
En BlogNutrición: ¿Qué comemos en las Fiestas de Fin de Año?