Ante el desarrollo de un tic nervioso en la infancia, no debemos alterarnos, ya que un tic nervioso puede desaparecer con el tiempo y además no responde a ninguna enfermedad ni problema.
Un tic nervioso es la repentina, imperiosa e involuntaria ejecución, a intervalos regulares, de movimientos sencillos, aislados o unidos, y su aparición puede deberse a que el niño encuentra en el tic una forma de liberar tensiones. Con voluntad y distracción puede desaparecer, así como también suelen desaparecer al dormir.
Un tic no es una mala costumbre, sino un acto compulsivo que así como aparece espontáneamente, puede desaparecer.
Los padres no deben preocuparse a menos que el tic nervioso moleste o dañe a su hijo. En estos casos, se debe consultar al pediatra, pero de no ser así sólo hay que tener paciencia y evitar hablar al respecto en forma constante con el niños afectado.
Un tic nervioso tiene duración variable, puede desaparecer en un mes o puede durar más de un año. Los más comunes incluyen movimientos faciales o parpadeos, aunque también puede verse afectado el torso y las extremidades.
Fuente: guiainfantil.com