Diferencias entre la hipotensión y la hipertensión

Seguramente todos estamos familiarizados con la hipertensión y sus consecuencias, especialmente cuando se cronifica. Este es un problema serio de salud que puede llegar a afectar a los riñones, al hígado y al corazón, llegando a debilitar estos importantes órganos necesarios para la vida. La hipertensión arterial se diagnostíca cuando la persona tiene una presión sanguínea mayor a 130-139/85-89 mm Hg (sistólica/diastólica). Sin embargo, esta no es la única condición que podemos llegar a tener por causa de la presión, también está la hipotensión. Hoy te contamos un poco más sobre esta y las diferencias que tiene con la hipertensión. ¡Esperamos te sea de gran ayuda!

La hipotensión es una condición igual de anormal que la hipertensión, la misma se produce cuando la presión disminuye unos 30 mm Hg (en relación a su presión habitual), o presión sistólica menor a 90 mm Hg. Esta es la principal diferencia entre ambas condiciones.

Si tenemos este tipo de problema es importante tener en cuenta que hay fármacos que contribuyen a bajar nuestra presión, por tanto podrían resultar problemáticos, entre ellos destacamos:

– Alcohol
– Ansiolíticos
– Ciertos antidepresivos
– Diuréticos
– Medicamentos para el corazón, incluyendo medicamentos para la presión arterial alta y cardiopatía coronaria
– Medicamentos utilizados para cirugía
– Analgésicos

En algunos casos la presión baja viene dada por:

– Diabetes avanzada
– Anafilaxia (respuesta alérgica potencialmente mortal)
– Cambios en el ritmo cardíaco (arritmias)
– Deshidratación
– Desmayo
– Ataque cardíaco
– Insuficiencia cardíaca
– Shock (ocasionado por infección grave, accidente cerebrovascular, anafilaxia, ataque cardíaco o trauma mayor)

El problema que existe es que los síntomas de presión alta y baja son muy similares, cuando se la tiene muy baja por lo general tenemos visión borrosa, confusión, vértigo, desmayo (síncope), mareo, somnolencia, debilidad, entre otros, al igual que cuando está alta, sumados otros síntomas como ritmo cardíaco rápido o lento.

Cualquiera sea el caso es importante que consultemos con un médico que nos indique qué tipo de alimentación debemos seguir y que cuidados tener para evitar agravar el problema.

 

¡Esperamos que esta información te sea de ayuda!

2 comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *