Se ha hablado mucho sobre el vino, sus variedades, propiedades y consecuencias buenas y malas para la salud. Hoy hablaremos sobre las bondades del mismo.
Un estudio realizado en Noruega, que tomo como muestra a 5.033 hombres y mujeres, concluyó que el consumir vino de forma moderada mejora las capacidades cognitivas. Las personas a las que se sometió el estudio tenían una media de 58 años y se los estudió seguidamente durante 7 años. En este tiempo se le hacían pruebas para medir sus funciones cognitivas. En la investigación, además, se tomó en cuenta datos como los hábitos de vida, los alimenticios y el nivel socio-económico.
¿Qué pudo concluirse? Aquellas mujeres que consumían alcohol 4 o más veces a la semana tenían mayor capacidad cognitiva que aquellas que bebían solamente una vez a la semana.
Esta es solamente una de las muchas investigaciones que se han hecho concernientes al vino y al consumo de alcohol en general. Las personas estudiadas no solamente mejoran sus capacidades cognitivas sino que además, se reduce el riesgo de sufrir de ciertas enfermedades, como por ejemplo demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.
¿A qué se deben los efectos beneficiosos del alcohol? A la presencia en el vino de polifenoles (antioxidantes), y otros elementos que ayudan a reducir el deterioro cognitivo. También incluye beneficios sobre la arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias), y la reducción de la inflamación de las paredes arteriales, lo que mejora la fluidez de la sangre.
Por tanto, si está en nuestras posibilidades, no vendría mal incluir una copa de vino en las comidas. Sin duda en el futuro disfrutaremos de sus beneficios.
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