La fibrosis quística es una enfermedad del páncreas que afecta al organismo de forma generalizada, la misma puede pasar desapercibida y es muy importante detectarla a tiempo ya que puede causar muerte prematura. La forma de diagnosticarla es por medio del llamado «test del sudor».
Esta es una de las enfermedades genéticas, hereditarias, autosómicas recesivas más frecuente en la raza blanca. Un de sus indicios puede ser sal en la transpiración o piel salada como recién salida del mar. Esto se debe a que la enfermedad es resultado de una mutación de un gen (CFTR) que interviene en la producción de sudor, jugos digestivos y moco.
La fibrosis quística provoca la formación y acumulación de un moco espeso y pegajoso en los pulmones, los intestinos, el páncreas y el hígado especialmente. El síntoma más común es la dificultad para respirar, ya que, en la mayoría de los casos, la enfermedad desemboca en una infección pulmonar crónica.
Es fundamental que se diagnostique con tiempo ya que, el 70% de los niños que no recibe ninguna atención muere antes de cumplir el año, mientras que, con los tratamientos de hoy en día, el 50% puede vivir más de 46 años.
La manifestación típica de la enfermedad, como se menciono, es grandes concentraciones de sal en el sudor y a través de la piel, debido a esto también es conocida como “la enfermedad del beso salado”. A partir de esto es que se creó la prueba de sudor, la cual mide el exceso de sal.
Una vez que la enfermedad se diagnostica, ¿qué se hace? Se sigue un tratamiento sintomático de por vida. En el verano el paciente debe consumir mayores cantidades de agua y sal para evitar sufrir golpes de calor y deshidratarse. En el caso de la infección pulmonar, se aplican nebulizaciones y kinesioterapia para liberar la mucosidad. Además de administrarse muchas veces enzimas, antibióticos y suplementos nutricionales.
Los síntomas frecuentes de la fibrosis quística son:
– Sudor excesivamente salado.
– Retardo en el crecimiento.
– Dificultad para subir de peso.
– Diarreas abundantes y aceitosas.
– Infecciones respiratorias persistentes.
– Tos crónica.
– Esterilidad masculina.
Si sufres de alguno de estos síntomas es muy importante que consultes al médico, ésta es una enfermedad grave que no debe pasarse por alto.
Fuente: saludable.infobae.com
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