El huevo, ¿a favor o en contra del colesterol?

El huevo ha sido durante mucho tiempo, el primer alimento en prohibirse ante niveles de colesterol alto en sangre. Sin embargo, desde hace pocos años esta premisa se ha ido desmantelando con fundamento científico que asegura lo contrario.

El huevo es siempre natural, y en él no se pueden agregar aditivos ni conservantes, sus proteínas son de buena calidad por ser de origen animal, aporta alrededor de 80 calorías por cada uno, por lo que no es un alimento hipercalórico y además, su contenido proteico genera una buena sensación de saciedad.

Con respecto a su asociación al colesterol, siempre se ha creído que su aporte de grasas contenidas en la yema eleva el riesgo de sufrir dislipemias, pero las investigaciones han comprobado que el huevo contiene principalmente ácidos grasos insaturados, sobre todo, ácido oleico, que incrementa el colesterol HDL o bueno y reduce el colesterol malo o LDL, por lo tanto protege al corazón.

Asimismo, contiene sustancias antioxidantes como sus pigmentos en la yema, la luteína y zeaxantina. Aporta una gran variedad de vitaminas como son la vitamina A, E, D y del complejo B, así como también, brinda minerales fundamentales para el organismo, entre ellos, selenio, hierro, yodo y zinc.

Todos estos ingredientes de su composición benefician la salud cariovascular, la salud visual, el crecimiento óseo y el funcionamiento de el organismo todo. No obstante, su gran aporte proteico y de grasas saludables no permite que sea un alimento con el cual podamos excedernos, pero sin dudarlo, hasta el consumo de 1 unidad diaria beneficiaría la salud, aunque se recomienda hasta 3 o 4 unidades por semana.

Como podemos ver, la ciencia ha derribado un mito, ya que el huevo, lejos de estar a favor del colesterol alto, protege al corazón y contribuye con grasas saludables.

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