Una serie de investigaciones halló que los niños menores de 3 años que miran televisión durante el día o antes de ir a dormir, padecen de dificultades durante el sueño y se enfrentan a horarios irregulares para ir a la cama o tomar la siesta.
Muchas veces, los padres suelen dejar a los niños ver televisión para que éstos alcancen el sueño y así, «ayudarlos a dormir», sin embargo, los estudios afirman lo contrario: «ver televisión antes de ir a la cama hace que para los niños sea más difícil conciliar el sueño», explica Dimitri Christakis, coautor de la investigación.
Otros estudios también han encontrado asociación entre la televisión y las alteraciones del sueño y horas más tardías para ir a la cama en niños mayores de 3 años y adolescentes.
Christakis y Thompson concluyeron que el 27% de los niños tenía horarios irregulares para irse a dormir, y el 34% tenía horarios irregulares para tomar la siesta. A mayor número de horas frente a la televisión, mayores posibilidades de tener un horario irregular de sueño.
Tener un horario regular de sueño es de gran relevancia porque influye en la calidad y cantidad de horas de sueño de los niños, explicó Thompson. Además, tener un sueño insuficiente como para descansar adecuadamente incrementa las posibilidades de padecer estrés en la niñez y con éste, otras enfermedades aún mayores, por ejemplo, obesidad.
A modo de recomendación se puede decir que no se utilice la televisión como una mamadera antes de ir a dormir, y asimismo, siempre es importante reducir las horas que sus hijos pasan frente a la televisión, computadora o videojuegos y reemplazarlas por otro tipo de entretenimientos como son los juegos didácticos o al aire libre.
Si su hijo no tiene problemas para dormir, quizá no debe modificar sus horas de televisión, pero si presenta dificultades durante o para lograr el sueño, preste especial atención a sus hábitos televisivos.
Fuente: terra.com
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