Tratamiento para reducir el colesterol podría usarse en accidentes cerbrovasculares

estatinasCada vez son más las evidencias científicas que señalan que las estatinas, fármacos utilizados para reducir los niveles de colesterol sanguíneo para previr así enfermedades cardiovasculares, también podrían servir para el tratamiento de la fase aguda de los accidentes vasculares cerebrales o ictus.

El colesterol es un conocido enemigo del corazón, pero también puede serlo del cerebro, ya que puede conducir a un ictus o accidente cerebrovascular (ACV). La hipertensión arterial es un factor de riesgo más potente que el colesterol para provocar un ictus, mientras que el colesterol lo es para originar un infarto agudo de miocardio.

Sin embrago, no debemos olvidar que niveles altos de colesterol en sangre también pueden favorecer un ictus, aunque su impacto es mayor sobre el corazón, explicó Joan Montaner, director del Laboratorio de Investigación Neurovascular del Servicio de Neurología del Hospital del Valle de Hebrón de Barcelona.

Dentro de los distintos tipos de ictus, el colesterol se asocia más al ictus ateromatoso, que son aquellos producidos por oclusiones de diferentes arterias, debido a que se produce una estenosis (estrechamiento) de la arteria carótida o de las intracraneales. En total, el colesterol es responsable del 25% de los ictus.

La  primera estatina que apareció en el mercado en 1984, tiene probados beneficios para prevenir la enfermedad coronaria. Se emplean sobre todo en personas con exceso de colesterol y placas de aterosclerosis que entrañan riesgo de cardiopatías.

Su papel principal es prevenir los infartos de corazón. Según Montaner, hasta el momento ningún estudio ha demostrado que las estatinas son útiles en la prevención primaria del ictus, es decir, para evitar un primer ictus.

Sin embargo, estudios realizados por su grupo comienzan a demostrar que la administración de estatinas puede ser útil tras uno de estos episodios, como prevención secundaria, así como para mejorar la evolución y complicaciones de los infartos cerebrales.

En concreto, las estatinas se aplicarían en la fase aguda del ACV, es decir, durante las primeras horas que siguen al ictus. Además, su administración no tendría por objetivo disminuir el colesterol, sino estabilizar la placa de ateroma y así favorecer la recuperación de las neuronas que mueren durante la fase aguda de estos episodios.

El efecto se debería a que las estatinas inhiben una vía que también es responsable de otros efectos, llamados pleiotrópicos, la mayoría de los cuales están relacionados con episodios de inflamación. Las estatinas son antiinflamatorios muy potentes que evitan que
progrese la ateromatosis en la fase aguda del ictus, donde hay una
inflamación muy importante.

Fuente:
consumer.es

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *