Hoy vamos a hablar sobre un problema que se asocia principalmente a los deportistas, aunque no necesariamente debemos hacer deportes para sufrirlo, se trata de los calambres. Estos son contracciones repentinas e involuntarias de uno o más músculos, los cual nos hace sentir un dolor agudo e inclusive nos incapacita. Los calambres se producen por distintas razones, como por ejemplo, fatiga muscular, la deshidratación o deportes realizados a temperaturas altas por citar algunas. Sin embargo, también existe otra razón muy común que no casi nunca se tiene en cuenta, se trata de las deficiencias de minerales.
El mantener una dieta pobre en frutas y verduras pueden dar lugar a carencias nutricionales y en muchos casos, pueden ser la causa de la aparición de calambres. Por tanto, es importante asegurarnos que no nos falten las vitaminas del grupo B, como la B1 y la B3 y de minerales, como el magnesio o el potasio los cuales suelen influir en la intensidad de los calambres musculares. Por estas razones es importante verificar que nuestra dieta los contiene y elegir alimentos ricos en estos minerales, aunque a veces se requiere la toma de un complemento dietético específico, para evitar estos calambres.
Muchos de los calambres que sufrimos aparecen en los dedos de la mano o los calambres nocturnos sobre los músculos de la pierna o los pies y se deben a un riego sanguíneo inadecuado o por compresiones de los nervios producidos por la ciática y la falta de ciertas vitaminas y minerales en la dieta. Sin embargo, también debe de tenerse cuidado porque muchas veces también pueden ser consecuencia de enfermedades neurológicas, trastornos hormonales, anemia, diabetes o hipoglucemia.
Por tanto, resulta fundamental incluir en nuestra dieta diaria minerales y vitaminas como, el sodio, el magnesio, el potasio, el calcio, y las vitaminas B1 y B3, o incluso la D y la E. Si aún así seguimos teniendo calambres, entonces resulta fundamental consultar con un especialista. ¿Tú qué tipo de dieta sigues?