Es normal que incluyamos la sal en nuestras comidas para hacer los platos menos sosos y más deliciosos. Más allá de las enfermedades causadas por el consumo excesivo de sal como la hipertención, la sal es beneficiosa para la salud cuando de yodo se trata.
La tierra es un elemento pobre en yodo y prácticamente todo el yodo está en los océanos, fuentes casi exclusivas de éste. Debido a esto los alimentos marinos, como el pescado, mariscos, algas, deben incluirse en nuestra dieta por su alto contenido de este mineral.
La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y las autoridades sanitarias españolas y autonómicas, recomiendan ingerir alimentos que sean ricos en yodo, ya que son buenos para nuestra salud. La cantidad de éste que nuestro cuerpo necesita varía a lo largo de nuestra vida.
Es especialmente importante consumirlo en el caso del embarazo y lactancia. La sal común y la sal marina no lo contienen, por tanto para poder proveerselo a nuestro organismo necesitamos de la sal yodada. Durante el embarazo, el no poseer las cantidades necesarias del mineral podría repercutir directamente en el curso y desarrollo intelectual del bebé.
Es por esto que las mujeres embarazadas y en período de lactancia necesitan complementar su dieta con medicamentos yodados.
Por tanto, es muy importante consumir yodo, ya que nuestro cuerpo lo necesita. El cambiar la sal común por la yodada no significa un cambio muy profundo y podemos hacerlo sin problema.
¿Por qué no lo intentas? Sin duda, tu cuerpo te lo agradecerá.
Fuente: www. vitonica.com
En BlogNutrición: Los beneficios de las algas.
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