La mayoría de las agencias internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirman que la principal causa de que las enfermedades aparentemente controladas aumenten en número y virulencia es la resistencia adquirida por las bacterias ante la acción de los antibióticos.
Las enfermedades reemergentes son aquellas cuya incidencia estaba disminuyendo en las últimas décadas y se creían controladas dormidas o en retroceso, pero que por diferentes circunstancias tanto su frecuencia como morbimortalidad están aumentando en forma de brotes.
La mala utilización de antibióticos, el creciente flujo internacional de viajeros, las migraciones y una mala planificación de actividades preventivas han provocada que en los últimos años aumenten este tipo de patologías.
Manuel Gómez García, coordinador del grupo de trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, denuncia que la mitad de la población española consume antibióticos en patologías en las que no están indicadas, bajo la creencia errónea de que son fármacos buenos, caros y polivalentes.
Gómez afirma que el uso indiscriminado de un antibiótico provoca que las bacterias «aprendan la lección» y adquieran defensas genéticas frente a futuros encuentros, éste fenómeno se denomina resistencia antibiótica.
Reconoce Gómez García que el 85% de los antibióticos usados en el ámbito extra hospitalario se «malemplean» para tratar infecciones respiratorias, que un 75% resultan de etiología vírica.
Una de las enfermedades reemergentes que más preocupa a los expertos en salud pública es la tuberculosis. No obstante, datos recientes de Barcelona ponen de relieve una caída paralela de tuberculosis y SIDA como consecuencia de haber planificado bien la prevención a escala local.
Gómez asegura que los médicos de familia, desde el ámbito de atención primaria, pueden trabajar en forma eficaz en la detección precoz de casos. Resulta esencial una notificación inmediata de posibles casos a los servicios de salud pública, así como fortalecer la educación sanitaria de los pacientes.
A modo de conclusión, puedo decirles que prestemos atención al uso que hacemos de los fármacos antimicrobianos, ya que excedernos en su uso puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades y, por otro lado, si solo los utilizamos cuando debemos y cuando nuestro médico nos los indica, seguramente actuará más rápidamente y en forma más efectiva.
Fuente: consumer.es Eroski