El próximo mes la Agencia Internacional para Investigación sobre cáncer, organismo de la Organización Mundial de la Salud, clasificará a los turnos laborales nocturnos como un «probable» cancerígeno. Es decir, el trabajo nocturno quedará junto con los esteroides anabólicos, las radiaciones ultravioletas y los gases de combustión de los motores diesel, dentro de la categoría de agentes causantes de cáncer.
Dado que se estima que cerca del 20% de la población trabajadora de los países desarrollados realiza turnos laborales por la noche, si ésta teoría resulta verdadera, millones de personas en el mundo resultarán afectadas.
Richard Stevens, epidemiólogo especialista en cáncer expresó que es un cambio sorpresivo para una idea que en un principio los científicos calificaron como absurda.
En 1987 Stevens publicó un documento que sugería la relación entre la luz de la noche y el cáncer de mama, intentaba determinar por qué la incidencia de este tipo de cáncer se incrementó exponencialmente a comienzos de los años 30 en las sociedades industrializadas, sonde el trabajo por la noche se consideraba un signo de progreso.
En los últimos años múltiples estudios hallaron que las mujeres que trabajan de noche durante varios años tienen más probabilidades de padecer cáncer de mama. También se encontró que los animales que pasan más tiempo despiertos tienen más tumores cancerígenos y mueren antes.
Algunas investigaciones muestran que aquellos hombres que laboran durante la noche son más propensos a padecer cáncer de próstata.
Sería interesante saber a qué se debe ésta relación. Es preciso continuar realizando estudios sobre la temática de manera tal que podamos actuar al respecto, sobre todo, de manera preventiva.
Fuente: terra.com
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