Los somníferos son depresores del sistema nervioso central, ya que disminuyen la actividad y los pensamientos de las funciones de integración superior del sistema nervioso central como la memoria, el juicio y el estado de conciencia.
Inducen el sueño al producir un efecto sobre el sistema reticular activador ascendente, que es el área donde se induce el sueño toda vez que este se desconecta a manera de interruptor. Estos medicamentos aumentan los niveles de ácido gamma aminobutírico, que es un neurotransmisor inhibidor. Por lo tanto al incrementar la inhibición, se produce un efecto depresor sobre el sistema nervioso central y así se genera el sueño.
Estos fármacos tienen potencial adictivo y como se elimina rápidamente del organismo, la persona necesita administrárselos frecuentemente.
El abusar de estas drogas puede producir una depresión crónica del sistema nervioso central, pérdida de la capacidad de concentración y precisión lo que aumenta la probabilidad de sufrir accidentes domésticos o laborales, produce amnesia temporal y puede causar dependencia a los mismos.
Para que estos fármacos sean útiles y cumplan ciertamente con su finalidad se deben respetar las indicaciones médicas y solo deben utilizarce bajo la prescripción del profesional.
Fuente: eluniversal.com.mx