Cuando estamos pensando en comenzar a entrenar hay muchos puntos que deberíamos tener en cuenta, uno de ellos es el equipamiento. La vestimenta, como también el calzado que utilicemos, es un elemento crucial. La misma no solamente debe ser cómoda y permitir el movimiento sin dificultad, sino que también es fundamental que colabore con el funcionamiento de los distintos órganos que participan en el proceso de ejercitar. Hoy vamos a hablarte un poco más sobre esto.
Nuestra indumentaria debe permitir que el agua se evapore y además que la sangre pueda circular correctamente. Debemos recordar que al entrenar la sangre se concentra en la zona que estamos trabajando, enviando la mayor cantidad de nutrientes hacia este lugar, así como eliminando las toxinas que van acumulándose tras las repetidas contracciones musculares. Por tanto, utilizar ropa muy ajustada para entrenar puede ser un error, ya que, si lo que buscas es que tus músculos crezcan los mismos necesitaran buena circulación sanguínea en la zona.
Por otro lado, si la sangre tiene dificultad en llegar, la recuperación muscular no será igual. Debemos tener en cuenta que esta parte es fundamental para el crecimiento de los músculos, ya que la recuperación es lo que compensa el daño muscular generado y lo que permite el desarrollo muscular.
Además, para poder movilizar correctamente los músculos necesitamos sentirnos cómodos y que la ropa no se ciña, impidiendo el correcto desempeño en el ejercicio. Por tanto, la ropa sí puede amoldarse al cuerpo, siempre y cuando no aprete en las costuras o dificulte el movimiento. Si la misma nos deja marcas cuando la retiramos significa que quizás esté demasiado justa y sea hora de cambiarla.
Teniendo en cuenta estos puntos podremos tener mejores resultados a la hora de entrenar y sacarle el máximo provecho a este tiempo. ¡Suerte!