El humo ambiental presente a causa del tabaco afecta a un gran número de fumadores pasivos que cargan con un mayor riesgo de enfermar por diferentes causas, y una más acaba de sumarse porque según una reciente investigación, el humo del tabaco enferma la mente.
Así, la exposición al humo del tabaco en no fumadores eleva el riesgo de sufrir patologías mentales. Los datos muestran que el 14% de los expuestos al humo ambiental presentan estrés psicológico y además se sabe que los adictos al tabaco y los no fumadores muy contaminados por el humo, tienen más posibilidades de ser ingresados en un hospital psiquiátrico a causa de una depresión, esquizofrenia, delirio u otros trastornos mentales.
Si bien no se saben los mecanismos biológicos que vinculan la exposición al humo del tabaco con la salud mental, estudios previos habían sugerido el humo del tabaco incrementa el riesgo de hiperactividad en menores, por lo tanto, alguna vinculación existe entre la mente y el cigarrillo.
Como podemos ver, quienes no somos fumadores activos tenemos muchas más razones que las imaginadas para no desear que el humo del tabaco contamine el ambiente y por medio de este, nuestra salud.
Fuente: elmundo.es
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