Trastorno dismórfico corporal: un problema de imagen

La creciente presión social acerca de la estética e imagen corporal es una de las grandes responsables de las numerosas víctimas de los trastornos alimentarios, pero al mismo tiempo, pueden surgir otro tipo de desórdenes a causa de la percepción distorsionada de la propia imagen.

El trastorno dismórfico corporal constituye una alteración mental que no siempre está vinculada a desórdenes alimenticios, pero se caracteriza por la obsesión por la imagen corporal y la creencia de poseer múltiples defectos físicos que intentan revertir con conductas compulsivas, exageradas y nocivas para la salud.

Afecta a un 2% de la población y tiende a ser más común en personas con trastorno obsesivo compulsivo por lo que el 30% de los afectados sufre simultáneamente un trastorno alimentario que también se encuentra vinculado a la imagen distorsionada de si mismo.

Las víctimas de esta afección sienten vergüenza de sí mismo, depresión, ansiedad y viven angustiados intentando ocultar o revertir su «grave defecto».

Se presenta con igual frecuencia en hombres y mujeres, pero los primeros suelen sufrir una versión particular llamada dismorfofobia muscular, en la cual se ven débiles y con poco estado físico y recurren al entrenamiento exagerado y extremo, junto al uso de esteroides anabólicos en abundancia para superar su gran defecto.

Muchos recurren a las cirugías estéticas para paliar su angustia y resolver su «defecto», sin embargo, el trastorno dismórfico corporal no les permite conformarse con la apariencia lograda y el problema persiste al igual que la sintomatología.

La causa de ete trastorno no es única ni del todo clara, aunque se sabe que pequeñas particularidades cerebrales pueden incidir en su desarrollo.

En su tratamiento, se ha demostrado los grandes logros de la psicoterapia y la terapia congnitiva- conductual, así como la famacoterapia para revertir la sintomatología y la percepción irreal y desfigurada de sí mismo.

Sobre todo, creo que es fundamental el enaltecimiento cada vez mayor, a nivel social, del cuerpo físico, la estética y los rasgos corporales externos, ya que generan presión en cada individuo y una exigencia que puede culminar en exageración al momento de cuidar la apariencia física.

Fuente: consumer.es

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