La hipertensión arterial se caracteriza por cifras de presión sanguínea elevadas que superan los 140/90 mmHg y que persisten en el tiempo.
La presión arterial es la fuerza que ejerce el flujo sanguíneo sobre algún punto de las paredes arteriales, por ello, en la hipertensión, tienen gran influencia las condiciones de circulación sanguínea y todos aquellas factores que afectan la misma.
Existen muchos alimentos que entorpecen o favorecen la circulación sanguínea mediante diversos mecanismos, pero los estudios previos acerca del ajo y la presión sanguínea no mostraron resultados concluyentes.
Sin embargo, un meta análisis reciente, que incluyó datos de las investigaciones previas a 1994 permite indicar que los suplementos de ajo reducen la presión arterial con efecto similar al de algunos antihipertensivos.
En la mayoría de los estudios analizados, los participantes recibieron ajo en polvo como suplemento estándar en cantidades que variaban de entre 600 a 900 miligramos por día durante 12 a 23 semanas.
Los resultados, después de reunir los datos de varios trabajos, muestran que el ajo es capaz de reducir la presión arterial hasta en unos 4.6 mmHg.
En personas con presión alta los beneficios se potencian, ya que el ajo podría reducir la presión sistólica en unos 8.4 mmHg y la diastólica en unos 7.3 mmHg.
Las reducciones provocadas ante el consumo de ajo pueden disminuir hasta un 20% el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o de morir a causa de éstas.
El componente activo del ajo es la alicina, la cual es contenida en cantidades de entre 3.6 y 5.4 mg, según las dosis usadas en los estudios (600 a 900mg de ajo en polvo). Un diente de ajo fresco contiene entre 5 y 9 mg de alicina, lo cual ya sería suficiente para beneficiarse con su ingesta.
Si bien hacen falta más estudios para poder recomendar el ajo como un antihipertensivo natural, es claro que la ingesta de un diente de ajo fresco no podrá perjudicar a nadie y además, puede estar evitando un potencial riesgo cardiovascular.
La hipertensión es un patología fácil de controlar con sólo incluir buenos hábitos en el estilo de vida de cada uno de nosotros. Entre ellos, actividad física, dieta saludable y baja en sodio, no fumar ni beber en exceso y reducir el estrés.
Fuente: minutricion.cl
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