Una investigación sugiere que por cada 5 kilos (11 libras) que una mujer diagnosticada de cáncer de mama aumente, se incrementa un 14% la probabilidad de morir a causa de la enfermedad.
Si bien el estudio no es definitivo, ofrece la evidencia más fuerte que existe hasta el momento sobre la importancia de controlar el peso, fundamental tras la detección del cáncer de seno.
Hazel Nichols, estudiante de doctorado de la Facultad de Salud Pública Bloomberg, de la Universidad Johns Hopkins, afirma que se vió una tendencia importante entre las estadísticas crecientes de aumento de peso y una mayor mortalidad.
Nichols expresó que factores relacionados con el estilo de vida, las cosas que incorporamos después de un diagnóstico de cáncer de mama, como la dieta y el ejercicio, muestran que pueden repercutir en la supervivencia.
Los investigadores iniciaron el estudio con 4021 mujeres que habían sido diagnosticadas de cáncer de seno entre 1998 y 2001 en los estados de Wisconsin, Massachusetts y Nueva Hampshire. Las pacientes aportaron información sobre su peso, altura, historia familiar y factores de riesgo de cáncer de mama durante entrevistas telefónicas.
Entre 1998 y 2001, las mujeres sobrevivientes recibieron encuestas por correo en las que debían actualizar la información sobre estos aspectos y sus hábitos de estilo de vida, como el ejercicio y la dieta.
Después de 6 años aproximadamente de seguimiento desde su diagnóstico, se registraron 121 muertes de cáncer de mama y otras 428 muertes que no estaban relacionadas con la enfermedad. Por cada 5 kilos de peso aumentados después del diagnóstico, el riesgo de morir de cáncer de seno o de otras causas ascendió 14%.
Aún considerando las diferencias de edades, la menopausia, el hábito de fumar y la etapa en que se encontraba la enfermedad cuando las pacientes fueron diagnosticadas, la relación entre el aumento de peso y riesgo de morir por la enfermedad persistió.
Fuente: eluniversal.com
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