La semana pasada estuvimos hablando un poco sobre los masajes deportivos, hoy vamos a seguir profundizando un poco más sobre este tema. Es normal que este tipo de masajes se confunda con los masajes terapéuticos, sin embargo, ambos son dos cosas diferentes.
El masaje deportivo suele ser más profundo y e intenso que el terapéutico, combina el masaje sueco con técnicas de estiramiento, compresiones, fricciones, tonificaciones con técnicas avanzadas de presión y Shiatsu. Aunque el tipo de masaje dependerá de las técnicas que el masajista domine más, aportando todos los consejos pertinentes tanto en la realización de la sesión, como los cuidados posteriores.
Por otro lado, también es importante saber en qué momentos debemos acudir a un masajista de este tipo, ya que los masajes tienen diferentes propósitos dependiendo de nuestra situación. Podemos decir que existen 4 tipos diferentes y razones por las que deberíamos acudir a un masajista:
– Masaje de mantenimiento, estos son regulares, programados dependiendo del tipo de entrenamiento que siga el deportista, los mismos tienen el propósito de mantener o mejorar el movimiento y la flexibilidad muscular.
– Masaje pre competición, este se utiliza previo a una prueba o competición para poder mejorar el rendimiento, este también depende del tipo de deporte, ya que puede ser tanto relajante como estimulante.
– Masaje post-evento, este tiene como función primordial reducir los espasmos musculares y el aumento metabólico que ocurre con ejercicio riguroso. El mismo ayuda al deportista a recuperarse para poder volver a entrenar cuanto antes o a competir.
– Masaje de rehabilitación, el mismo es especial para cuando sufrimos algún tipo de lesión, acelera el proceso de curación, reduciendo el dolor y aportando nuevas soluciones durante el proceso de rehabilitación.
Teniendo en cuenta estos putos podremos interpretar cuándo necesitamos un masaje deportivo y de esta forma poder brindarle a nuestro cuerpo el alivio que busca. Sin duda esto beneficiará enormemente nuestra salud.