Todos sabemos que las vitaminas y minerales son nutrientes esenciales para que nuestro organismo funcione correctamente. Sin embargo, es muy probable que no sepamos cuál es la función exacta de cada una de ellas y de dónde obtenerlas. La semana pasada estuvimos hablando sobre la vitamina A y los peligros de excedernos en su consumo, en este caso vamos a analizar la B, específicamente la B1, una vitamina de este grupo.
Las vitaminas del grupo B son hidrosolubles y participan en muchas reacciones de nuestro organismo. La B1 también es denominada tiamina y entre sus principales funciones ayuda a las células a convertir los hidratos de carbono en energía. Además, también es necesaria para que el corazón, los músculos y el sistema nervioso funcionen correctamente. También es muy beneficiosa para la actividad mental. En relación a esto destacamos su gran ayuda en casos de depresión, irritabilidad, pérdida de memoria, pérdida de concentración y agotamiento.
Por otro lado, esta vitamina participa en la formación de los glóbulos rojos y es indispensable para la asimilación de la glucosa. ¿En dónde podemos encontrarla? Sus principales fuentes son la la levadura, el germen de trigo, la alfalfa germinada y los dátiles. También se encuentra en los frutos secos, como el girasol, piñones, sésamo, cacahuete y almendra; en los cereales como los copos de maíz y avena, el trigo y el pan integral; y en las legumbres, como la soja, alubias, garbanzos y lentejas. Por último, también podemos obtenerla de algunas carnes como el bistec y el hígado.
Un detalle que no podemos pasar por alto es que la cocción de los alimentos y el descascarillado de los cereales la destruye.
Ahora podemos entender con mayor claridad los beneficios de la vitamina B1 y su importancia, para procurar incluirla en nuestra dieta diaria. ¡Es sin duda muy beneficiosa!