A la hora de hablar sobre una dieta vegetariana es importante entender que en ésta no sólo se suprime la carne, sino que se debe reemplazar por otros alimentos, que nos ofrezcan los nutrientes necesarios. En el caso de los niños es preciso definir qué tipo de dieta se va a seguir, ya que no todas son iguales. Por ejemplo, está la dieta semi-vegetariana en donde el niño consume carnes blancas 1 vez a la semana al menos.
Una dieta vegetariana en un niño mal hecha puede tener determinados riesgos. Como por ejemplo, en el período de los 12 meses a los 2 años, el niño pudiera presentar un retraso psicomotor si no cuenta con las cantidades necesarias de hierro. O en el período preescolar, el calcio tiene gran relevancia.
Por otro lado, la dieta vegetariana también tiene virtudes. Según estudios, aquellos que no comen carne, tienen menos problemas de salud, un sistema inmunológico más fuerte y defensas más altas. Además, este tipo de alimentación no aporta colesterol y mantiene baja la tensión arterial.
Para que éste sea el caso, es importante una buena planificación, asegurándonos que al niño no le falte ningún nutriente importante.
¿Cómo debe ser la alimentación vegetariana entonces? Lo más recomendable es amamantar al bebé hasta los 6 meses de forma exclusiva. Una vez que el niño comienza a comer cosas un poco más sólidas, a partir de los 6 meses, hay que empezar con el puré de manzana y cereales integrales. Después se irán incorporando semillas, almendras, legumbres, huevo y tras el año, se incorporarán quesos y nueces.
Para que la alimentación sea completa, debe incluir:
– Proteínas vegetales: en las legumbres, cereales integrales, productos lácteos, huevos, frutas secas y semillas.
– Huevos: la yema puede agregarse a las comidas a partir del quinto mes, la clara después de los 10 meses o al año.
– Hidratos de carbono: se encuentran en la manzana o pera- que no son alergénicos- en la verduras, y otras frutas.
– Cereales integrales: contienen almidón y vitaminas del grupo B. Se deben incorporar bien cocidos.
– Semillas: girasol, almendras y sésamo. Pueden agregarse a las preparaciones desde los 8 meses.
– Frutas: No incluir naranjas ni cítricos, excepto jugo de limón natural en las comidas.
– Verduras: todas las cocidas pueden ir incorporándose a la alimentación infantil progresivamente.
Con una buena planificación y tomando todas las precauciones necesarias nuestro hijo estará bien alimentado y saludable.
En BlogNutrición: La alimentación de los bebés influye en la salud de su corazón.
En la alimentacion vegetariana hay mas o menos estrictos en la dieta, pero desde luego es mas saludable comer vegetales.