Si bien ya se conoce que la duración breve del sueño en los adultos se vincula con un mayor riesgo de obesidad y muerte, ningún estudio había examinado el efecto a largo plazo de las dificultades para dormir en la niñez y si podían conducir a obesidad más adelante en la vida.
El doctor Abdullah Al Mamun, de la University of Queensland, en Australia, y su equipo, investigó la posible relación entre los problemas de sueño en la infancia y la obesidad a los 21 años en 2.494 personas nacidas entre 1981 y 1983.
Lo resultados muestran que tener más dificultades para dormir entre los 2 y los 4 años se asociaba con un mayor peso corporal a los 21 años. Del mismo modo, la prevalencia de sobrepeso y obesidad a los 21 años aumentaba con el incremento de la frecuencia de los problemas de sueños a los 2- 4 años.
Los problemas de sueño en la infancia elevaron en un 90% las posibilidades de ser obeso en la juventud, indicó el informe. Esta asociación persistió luego de que los investigadores ajustaran los resultados según los patrones alimenticios, las comidas familiares y el tiempo que los participantes miraban televisión.
Lo que aún se desconoce es si la relación de la obesidad o el sobrepeso en los niños es con la duración del sueño o con problemas para dormir de otro tipo.
Fuente: nutrar.com
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