A fines de 2008 podría comercializarse el primer test de expresión genética que permitirá detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales de desarrollo, cuando ni siquiera puede visualizarse en una mamografía.
Con esta prometedora herramienta, solo será necesario una gota de sangre para detectar la enfermedad cuando aún es invisible. La sangre no necesita ser tomada de la mama, por lo que solo basta con un análisis convencional.
El test no busca genes tumorales específicos, sino que funcionaría buscando pautas anormales de la actividad genética que no pueden encontrarse en tejido sano.
Los científicos responsables de su desarrollo están convencidos de que será una herramienta de gran utilidad en mujeres de menos de 47 años, cuando las mamografías son menos sensibles, debido a que los senos de las mujeres más jóvenes son más densos y por lo tanto, la sensibilidad de las mamografias se reducen al detectar los cambios que se producen en el tejido mamario.
En las etapas iniciales de desarrollo, las posibilidades de curación de la enfermedad son máximas, por lo tanto el nuevo test será, conjuntamente con la mamografía, una estrategia novedosa de detección. El test podría detectar hasta el 88% de los tumores de mama, según lo sugieren los primeros ensayos clínicos. Sin embargo, aún faltan más pruebas para confiar en la eficacia del análisis.
Fuente: yahoo.com