Por lo general en nuestro entrenamiento a medida que vamos fortaleciendo nuestro cuerpo vamos aumentando un poco la intensidad, de forma que podamos tener mejores resultados. Esta es una de las variables que aseguran un mejor desarrollo, sin embargo, es normal que evitemos entrenar con una intensidad demasiado elevada, ya que suele pensarse que esto está reservado principalmente a los profesionales. Sin embargo, estudios han demostrado que aumentar la intensidad del ejercicio por encima del 70% de nuestras posibilidades puede tener muchos beneficios en nuestro organismo. ¡Te contamos cuáles!
Al entrenar con cargas máximas y a un ritmo elevado prevenimos enfermedades cardiovasculares, de huesos, diabetes, sobrepeso, entre otras. Además, nos permite sacar un mayor rendimiento, aunque, siempre y cuando lo hagamos correctamente y no superemos nuestras capacidades, si exageramos podemos llegar a lesionarnos y producir el efecto contrario.
Entrenar de forma intensa además acelera la quema de glucógeno y lípidos, por tanto nuestros músculos se desgastan más, lo cual activa nuestro metabolismo. Además, nuestros músculos asimilan mucho mejor las proteínas, por tanto, la destrucción muscular disminuye.
Si bien al entrenar con mayor intensidad el tiempo que dedicamos a cada grupo muscular es menor, de todas formas en este tiempo el consumo energético es mayor. Además, después de varias horas nuestro cuerpo sigue quemando calorías.
Estos son algunos de los beneficios que nos da aumentar la intensidad, aunque, esto no quiere decir que esté mal entrenar con intensidad media. También es una excelente práctica que da buenos resultados, pero, en caso de que queramos aumentar la resistencia esta es la forma de lograrlo.
¡Esperamos esta información te sea muy útil!