Durante el verano por lo general bebemos mayor cantidad de agua que normalmente, esto se debe a que también perdemos mucha más agua a través del sudor. Por eso, es importante volver a recuperarla, de ahí que nuestro cuerpo nos pida más. Este además es un hábito muy sano y si ya de por si eres alguien que bebe mucha cantidad te animamos a que lo sigas haciendo. Sin embargo, también es muy importante que tomemos algunas precauciones con respecto a esto.
Muchas veces estamos tan acostumbrados a beber agua del grifo que cuando vamos a otro lado de vacaciones mantenemos este hábito. Sin embargo, es muy importante no olvidar que, aunque donde estés veraneando esté permitido beber agua del grifo, no será igual a la que bebes en casa. Muchas veces este simple cambio hace que la misma no le sienta bien al cuerpo, por lo que podemos llegar a sufrir algunas molestias estomacales.
Por otro lado, si no estamos muy seguros de si podemos beberla o no lo mejor es siempre acudir al agua embotellada. Lo preferible es elegirla sin gas y sin demasiadas sales minerales.
Por último, también te aconsejamos no beber agua demasiado fría cuando estamos muy acalorados, ya que esto puede resultar en un choque para nuestro organismo y no sentarnos muy bien. Podemos beber agua fresca pero no demasiado fría.
Teniendo en cuenta estos puntos podremos disfrutar más del verano. ¡Esperamos te sea de ayuda y permita cuidar mejor de tu salud!