El estrés tiene una fuerte influencia en el desarrollo de un exceso de peso y obesidad, ya que no sólo lleva a comer más y de peor calidad, sino que los cambios hormonales favorecen la acumulación de grasa en el organismo.
Todo ésto, es lo que se puede producir en un individuo estresado, lo que no se sabía hasta el momento es cómo incide vivir en un ambiente donde predomina el estrés, en el desarrollo de obesidad. Pero un reciente estudio ha confirmado que los niños que viven en hogares con alto nivel de estrés, tienen el doble de probabilidades de ser obesos que aquellos que viven en hogares donde reina la armonía.
Por supuesto, todas las familias conviven con algunos factores estresantes, pero no es común que muchos o todos éstos se presenten al mismo tiempo.
Después de evaluar los niveles de estrés de 7443 familias en Suecia desde el nacimiento de los hijos hasta el quinto o sexto cumpleaños, se determinó que cuando a la familia se le hace difícil manejar el estrés, los niños tienen alto riesgo de ser víctimas de la obesidad infantil.
Entre los estresores que informaron padecer las familias se encuentran experiencias graves como accidentes, enfermedades, decesos, divorcios, desempleo o violencia. También se reportaron estresores derivados del cuidado de los niños, tales como falta de apoyo social o escasa preocupación por la salud y el desarrollo de los mismos.
El mecanismo por el cual estrés familiar puede desencadenar obesidad infantil aún no está del todo claro, no obstante, se sabe que los problemas sociales y las alteraciones emocionales son un factor de riesgo para el exceso de peso.
Por eso, los especialistas aconsejan que las familias que se perciben estresadas busquen ayuda profesional para solucionar sus problemas y reducir el riesgo de obesidad en sus niños.
Fuente: infobae.com
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