El hierro es un mineral fundamental en cualquier organismo, pero aún más, durante la gestación, donde los requerimientos alcanzan un nivel máximo en poco tiempo.
El hierro forma parte de la hemoglobina de los glóbulos rojos, necesaria para transportar oxígeno a todos los tejidos del cuerpo, favoreciendo su funcionamiento. Por ello, es un mineral esencial en todo el organismo y una deficiencia de éste puede generar cansancio, fatiga, debilidad física y mental, así como disnea o alteraciones respiratorias.
A causa de una carencia de este mineral durante el embarazo, la madre puede poner en riesgo su vida, se puede prolongar el tiempo de expulsión del bebe debido a falta de fuerza en la madre y con ésto, el niños también puede resultar afectados.
Asimismo, la anemia en la madre puede causar el mismo estado en el recién nacido, quien sufre consecuencias que se prolongan en el tiempo, tales como un inferior desarrollo psicomotriz y un menor nivel cognitivo.
Durante el embarazo, el mayor volumen sanguíneo, los requerimiento del bebe y la placenta, y las pérdidas de sangre que pueden ocasionarse en el parto, son la causa de que la necesidad de hierro se maximice durante la gestación. A tal punto, que ninguna dieta puede cubrir los requerimientos y se hace imprescindible su suplementación.
Más allá de la sabida necesidad de este mineral y de las fatales consecuencias que puede ocasionar su déficit, un reciente estudio realizado en en la provincia de Buenos Aires, ha revelado que el 30% de las parturientas no recibieron hierro durante el embarazo para prevenir la anemia.
Otra investigación, demostró que el déficit de hierro afecta al 24% de las embarazadas, por lo que es necesario prescribir este mineral para prevenir la anemia, y con ésta, los partos prematuros, la muerte materna y los partos complicados.
Si bien una embarazada puede verse bien en cuanto a peso, el análisis de sangre puede demostrar la presencia de anemia y ésto ya es un indicador negativo para el desarrollo del parto y crecimiento del niño.
Entre los factores que se pueden evitar y predisponen a tener anemia se encuentran, haber tenido muchos hijos, tener embarazos poco distanciados entre sí, tener menstruaciones abundantes, ser embarazada adolescente, consumir poco hierro con la dieta o sufrir alguna parasitosis.
Fuente: lanacion.com
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