Las infecciones de oído son un problema frecuente entre los niños, que no sólo puede ser responsable de una horrible molestia, sino que puede ser causante de un mayor riesgo de obesidad en los pequeños.
La investigación se presentó en las 116 Convención Anual de la Asociación Psicológica Americana de Boston, y en la misma se señala que los niños afectados recurrentemente por infecciones en el oído pueden sufrir daños en los nervios que intervienen en el sentido del gusto.
Así, se podría alterar la percepción del sabor y los niños preferirían sabores más intensos como los contenidos en alimentos o preparaciones ricas en azúcares y grasas, lo cual, podría desencadenar obesidad.
La investigadora principal explica que uno de los nervios más importantes del gusto pasa por el oído medio antes de llegar al cerebro, por lo tanto, la asociación no es para nada disparatada.
Otro de los nervios involucradas se encuentra en la garganta y lo investigadores también hallaron mayor riesgo de obesidad en niños a los que se ha sometido a una extirpación de las amígdalas.
El estudio sorprendió a todos, inclusive a los autores del mismo, quienes no esperaban encontrar relación entre el IMC de los evaluados y las infecciones de oídos padecidas previamente o en su niñez.
Sin embargo, al analizar las conexiones nerviosas, podemos ver que estudios previos muestran asociación entre el daño de nervios del gusto y la preferencia de alimentos ricos en azúcar y grasas. Por lo tanto, deberemos empezar a cuidar nuestros oídos de las infecciones y además, tratarlas a tiempo para que los daños no lleguen al punto tal de dañar el sentido del gusto.
Por otro lado me pregunto, ¿podrán los resfriados alterar el sentido del olfato hasta tal punto de incrementar el riesgo de obesidad?
Fuente: webmd.com
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