El ataque cerebral es la tercera causa de muerte en nuestro país y la primera causa de discapacidad. Los sintomas son repentinos e incluyen debilidad en la cara, pierna o en un brazo, confusión, problemas para hablar o entender, dolor de cabeza, falta de visión en un ojo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
Un estudio nacional realizado a partir de datos reunidos durante 2 años por el Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares (ReNAcer) arrojó lo siguientes resultados: en pacientes con un accidente cerebrovascular isquémico (por obstrucción de un vaso sanguíneo), la mortalidad fue significativamente meno entre aquellos que habían completado al menos su educación primaria. A su vez, el riesgo de morir durante la internación fue aún menor para aquellos que habían terminado estudios universitarios.
Según el doctor Luciano Sposato, director del Centro de Stroke de la Fundación Favaloro y de ReNAcer, el nivel de educación fue el factor protector más potente contra la mortalidad intrahospitalaria, ya que ninguna de las otras variables analizadas, como la edad, el sexo, el ripo de hospital donde se internaron los pacientes y las complicaciones fue tan importante como el nivel educativo a la hora de predecir la evolución de los pacientes.
Existe una estrecha relación entre la educación y la mortalidad por ataques cerebrales, y en este estudio se pone en evidencia dicha asociación.
Según el especialista, aún no se puede explicar bien esta asociación. La educación se considera indicador del nivel socioeconómico y este último, está muy relacionado con el acceso a la salud y la prevención. Aunque en este caso la relación entre mortalidad y educación excede las diferencias socioeconómicas y probablemente se deba a las diferencias en el estilo de vida, alimentación, ambiente y cuidados en la infancia, ya que en el momento del ataque cerebral toda la vida anterior del paciente tiene importancia.
Para prevenir un ataque cerebral es importante controlar la presión arterial dentro de límites normales. Otros riesgos controlables son el tabaquismo, el alcoholismo, una circunferencia de cintura superior a 102 cm en los hombre y a 88 cm en las mujeres, el sedentarismo, el colesterol y la glucemia.
Se debe tomar conciencia que el ataque cerebral es un hecho que generalmente se produce en etapas tardías de la vida, entre los 50 y 70 años, lo que aumenta el riesgo de secuelas y dada la discapacidad que produce se encuentra a la par del infarto.
Fuente: lanacion.com