Los atracones consisten en episodios en los cuales un individuos es capaz de ingerir una gran cantidad de alimentos, casi siempre hipercalóricos, en un tiempo demasiado corto.
Habitualmente se habla de atracón alimentario cuando se habla de bulimia nerviosa, sin embargo, estudios relativamente nuevos han confirmado que los trastornos por atracón se encuentran relacionados con la depresión y también, con la obesidad.
Las personas con obesidad han sido rehenes de un atracón en un 40% de los casos, y así se visualiza un circulo vicioso que relaciona esta triada de afecciones: atracones, depresión y obesidad.
Las personas obesas tienen un atracón y luego sienten culpa o se deprimen por la patología que padecen y eso puede conducir a otro atracón y así sucesivamente, se crea un ciclo sin salida ni final.
En España el trastorno por atracón lo padecen entre un 2% y un 3% de la población, sin existir diferencias entre sexos. Es más frecuente que la anorexia y la bulimia, pero se sabe poco al respecto y se desconoce su presencia en la mayoría de los afectados.
Al parecer el causante del trastorno por atracón y la depresión es un problema psicológico caracterizado por la baja autoestima de la persona, hecho muy frecuente entre quienes padecen obesidad.
Este detonante fue explicado por una teoría denominada Tríada de la Depresión de Beck, según la cual la persona tendría un concepto negativo de sí mismo y nulas expectativas a futuro. Esta concepción desencadenaría una depresión en la persona afectada.
Entre aquellos factores que pueden favorecer esta situación detonante se encuentran el sentirse inferior, la falta de apoyo familiar que tiende a recriminar al afectado que «está gordo», sentimientos de culpa por el sobrepeso padecido, ansiedad o estrés.
El trastorno por atracón es muy difícil de identificar porque quienes lo padecen no muestran signos de ellos debido a que no compensan la sobreingesta con conductas purgatorias como es el caso de los individuos con bulimia. Tampoco confiesan su padecimiento por vergüenza a un profesional de la salud y así, se encuentran en un camino sin salida y sin poder contar con ayuda para alejarse de el.
Sí se puede detectar la depresión o ansiedad en individuos obesos, pero para diagnosticar un trastorno por atracón se necesita de la sinceridad del afectado que confiese los alimentos ingeridos mediante un cuestionario o entrevista escrita, o bien, mediante su propia expresión verbal.
Estas personas son capaces de ingerir hasta 10.000 calorías en poco tiempo, al devorar rápidamente alimentos ricos en grasas, azúcares y calorías.
Para tratar y controlar el trastorno por atracón es necesario contar con un terapia psicológica, una farmacológica que puede o no ser necesaria, y una terapia nutricional que colabore en el aprendizaje acerca de la alimentación.
Sólo con este abordaje completo e interdisciplinario se puede ayudar a quienes deciden confiar en los profesionales para solucionar sus patologías.
Es importante saber que este tipo de desórdenes que conjugan la alimentación y afecciones psicológicas se pueden solucionar, pero siempre es un requisito que quienes lo padecen tomen conciencia de que lo poseen y soliciten la ayuda de lo médicos.
Fuente: consumer.es
En BlogNutrición: Obesidad asociada a patologías psiquiátricas
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